Los métodos de Trading (según Charles H. Dow)
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Para Charles Dow existían dos métodos de trading en líneas generales. Dos métodos que vamos a comentar en este artículo, que a su vez está basado en otro texto escrito del puño y letra del propio Dow para el Wall Street Journal.
El primero de los métodos consiste en escoger una serie de valores activos (aquellos que tienen volumen) en grandes cantidades (para ello es necesario utilizar apalancamiento) y estableciendo órdenes de stop loss; con fines de proteger el capital.
El segundo de los métodos es totalmente distinto, consiste en limitar el apalancamiento y promediar las operaciones a la baja. Partiendo de un análisis más completo, el cual incluye una valoración del activo. Se trata de un método más conservador, pero que tal y como indica Dow, era el utilizado por los grandes operadores. Ofreciendo unos beneficios más estables sin asumir grandes riesgos.
En cualquier caso se trata de unas líneas generales, un razonamiento. El verdadero trading se sustenta sobre la base de un estilo. Siendo ambos totalmente legítimos e incluso es posible tomar consciencia de ambos y fusionarlos en un estilo propio. Son métodos básicos, generales, sobre los que se construyen las estrategias más pormenorizadas.
En búsqueda de un método de trading científico
El comercio con activos financieros, lo que hoy llamamos trading, data desde que se tiene historia de los mercados de valores (entendiendo por historia los datos escritos). Pero lo más curioso es que esta actividad apenas ha cambiado. ¿Ha cambiado acaso la forma de hacer negocios en el hombre a lo largo de la historia? Lo único que ha cambiado es la tecnología y los medios empleados para llevar a cabo el mismo fin.
El comportamiento humano apenas ha variado a lo largo de los siglos. Una tragedia griega es una historia cuyo argumento sería tan válido para realizar una serie televisiva actual como lo ha sido durante siglos atrás para elaborar obras de teatro. La historia siempre es la misma, los comportamientos son los mismos: Desamor, ira, venganza, héroes, viajes... Lo cual demuestra una teoría que cualquier filósofo e historiador puede corroborar: La naturaleza humana no cambia.
"A menudo se pregunta si existe algo así como la especulación científica. [...] Sin embargo, las experiencias de los operadores se han cristalizado en algunas reglas generales que vale la pena prestar atención".
(Charles H. Dow)
Así comienza el primero de la serie de los artículos que nos dejó como legado Charles Dow, que posteriormente promovió el hito de la Teoría de Dow. Los cimientos de todo el análisis técnico bursátil. Esta afirmación pone de relieve que en, una época dorada para el comercio con acciones, ya existía la búsqueda de un método que se acercara a conseguir lo que hoy es llamado como el "santo grial" del trading.
La búsqueda continúa, aunque en realidad, nadie ha dado con el método. No existe un método tan preciso que pueda hacernos exitosos al 100%. Al igual que un comerciante debe diseñar cada operación de compraventa que realiza, lo cual conlleva examinar el género que pretende comprar, observar el precio que se pide por él, negociarlo y, lo más importante, conocer el mercado para saber si ese género puede obtener un beneficio por la posterior venta.
En otras palabras, debe conocer el producto y el mercado. Debe "comprar barato y vender caro". Pero, para conseguri sus objetivos debe saber cuando una mercancía es barata o es cara. Tal y como indica Dow: "este es el punto vital".
Al igual que el hombre se nutre de la ciencia para explicar el funcionamiento del mundo que lo rodea, confía en que exista un método científico para obtener respuestas al comportamiento de los mercados financieros. Sin embargo, la primera premisa para un trader es saber cuándo un activo es barato y cuando es caro, y esto sólo es posible realizarlo mediante una valoración intrínseca del activo; y la posterior comparación con su precio de mercado.
Entendemos por valoración intrínseca el valor del activo que está determinado en base a hechos. Estudiar los hechos, este sería el primer comienzo para la inversión. Tanto para la inversión pura, como la inversión especulativa.
"Se dice que los viejos Rotschild actuaron según el principio de que era bueno comprar una propiedad de valor conocido cuando otros querían vender y vender cuando otros querían comprar. Hay una gran sabiduría sólida en todo esto".
(Charles H. Dow)
De este fragmento se pueden obtener dos conclusiones muy claras:
- La primera de ellas es que los Rothschild (dinastía europea de las más influyentes en el mundo de la banca y las finanzas a partir del siglo XIX) comerciaban con activos de valor conocido. Ergo, conocían el valor intrínseco.
- La segunda y principal es que sabían perfectamente cuando tenían que comprar y cuándo tenían que vender. Justo cuando se desataba la fiebre compradora, tenían la oportunidad de vender a buen precio. Al contrario sucedía cuando se desataba el pánico vendedor; en estas situaciones encontraban activos a precio de ganga.
En otro orden, el precio del activo puede considerarse como el valor percibido por el mercado. No he encontrado una mejor definición del valor que le asigna en mercado a los activos que aquella pronunciada por el economista austriaco Ludwing Von Mises:
"El valor intrínseco; no está en las cosas. Está en nosotros, en la manera en que los seres humanos reaccionamos a las condiciones de nuestro entorno".
Todo esto sin duda concuerda con los principios de aquellos inversores tipo value: contrastar el valor intrínseco con el valor percibido; o valor de mercado. Después comprar activos infravalorados y esperar a que el mercado perciba el error; la brecha se reducirá y el activo subirá de precio.
Aunque la inversión tipo value está planteada a largo plazo, no está de más tomar los principios que la rigen para procurar un trading de mayor calidad. Es lo que los Rothschild aprovechaban. Cuando todos quieren vender, el precio del activo reacciona a la baja, aún activos con una buena valoración intrínseca. Es entonces el momento de comprar, puesto que se obtendrán mejores precios. El entorno es el idóneo para encontrar gangas en el mercado.
Todo lo contrario sucedería cuando todo el mundo quiere comprar. Esta reacción humana produce una sobredemanda que presiona al precio al alza, incluso más allá del valor intrínseco del activo. Es el momento pues de vender, porque se podrá encontrar contrapartida a muy buen precio. Incluso, es posible tomar posiciones cortas en el mercado cuando existe una sobrevaloración.
El problema que nos encontramos al hacer trading es el siguiente:
"El público, como un todo, compra en el momento equivocado y vende en el momento equivocado"
... continúa diciéndonos Dow.
Todo esto será desarrollado en su debido momento. Por lo pronto, en el presente texto vamos a explicar los métodos generales de trading que nos muestra Dow. Ambos están sujetos a matizaciones que iremos tratando en una serie de artículos elaborados para fepix.com.
Las directrices generales de razonamiento a extraer para construir un método científico de trading están extraídas de la experiencia de grandes operadores, a los que Dow trató muy de cerca a lo largo de su carrera. En otro de los artículos que Dow escribió para el propio Wall Street Journal se indican estas directrices. Aquí y hoy es el turno de los métodos generales.
El primer método propuesto por Dow (trading agresivo)
Cómo podemos observar en la introducción, el primer método de trading con valores que expone el propio Dow no dista mucho del que ofrecen los intermediarios online a través de productos derivados, como los CFDs.
También indicaba que este método se caracteriza por no ser necesario realizar un estudio a fondo de la valoración de los activos. Dicho de otro modo, es un método que no requiere indagar en los fundamentales del activo.
Quizá por estos motivos – el apalancamiento y la posibilidad de ganancias rápidas; además de que no es necesario realizar un estudio profundo – esta política de hacer trading se ha hecho tan popular.
La principal premisa para realizar este tipo de trading siempre ha sido que el activo escogido sea lo suficientemente líquido para permitir la ejecución de la orden de stop loss en el nivel de precios preseleccionado. Puesto que se asume un nivel de riesgo elevado.
Las órdenes de stop loss en este estilo de trading son imprescindibles, el apalancamiento utilizado así lo requiere. Por otra parte, si el activo no tiene la liquidez suficiente, no nos garantizará la contrapartida en el nivel de precios al que situamos dicha orden; haciéndola inútil.
El operador, lo único que debe realizar es una previsión sobre en qué dirección de precios en que se moverá el activo. Para ello tan sólo utiliza gráficos y el análisis técnico. Poco le importa la calidad del activo en el opera, tan sólo le interesa el movimiento en su precio.
Si el trader es capaz, mediante su sistema de análisis, de adivinar correctamente tan a menudo como puede equivocarse, será probable que obtenga beneficios. Siempre y cuando se dejen correr las ganancias en las operaciones ganadoras y las pérdidas se corten rápidamente mediante las órdenes de stop loss.
Esto supone una de las leyes del trading cuando se opera con apalancamiento: Cortar rápidamente las pérdidas y dejar correr las ganancias. Esta afirmación, que parece tan sencilla, en la práctica es una de las mayores infracciones que se cometen; lo que inexorablemente ha llevado a muchos traders a agotar sus cuentas.
Pero, ¿Por qué siendo una ley tan sencilla suele ser violada con frecuencia? La respuesta a esta pregunta la tenemos unos párrafos más arriba: Miedo y avaricia.
El operar en los mercados desata los defectos de carácter propios de nuestra naturaleza. Un mal día, una sola operación realizada sin tener en cuenta esta ley (algo del tipo: “esto es una ganancia segura”; o “el mercado pronto va a girar, ¿para qué voy mantener el Stop Loss?”) es más que suficiente para:
- Tener una gran pérdida, que si no se sabe gestionar (en términos psicológicos. Es decir, tener la sangre fría para asumirla) nos llevará a más. Un golpe de este estilo puede hacer perder la concentración. En este momento es cuando deberemos reorientar la atención a la estrategia marcada, no podemos dejarnos llevar por la ira y la venganza.
- Sentar un precedente. Al igual que cualquier otro aspecto de la vida, la disciplina debe ser ejercitada. El infringir una de las leyes del trading, nos llevará repetir la infracción; incluso a cometer otras nuevas y más graves.
Para operar con este sistema de trading deberemos tener muy presente la gestión del riesgo y la disciplina del operador.
Cualquier manual puede indicarnos las características necesarias para afrontar este método de trading con éxito. Sin embargo, parece olvidarse que no es tanto el análisis del mercado como otros factores lo que hace a un trader exitoso bajo esta filosofía.
Estos factores son los propios de la disciplina y el llamado psicotrading. Así como una estricta gestión del riesgo.
En definitiva, el primer método de trading descrito por Charles Dow es aquel practicado por muchos operadores particulares y propuesto por una gran cantidad de intermediarios. Podríamos decir que se trata de un “trading popular”, aquel que utilizan una gran cantidad de operadores minoristas.
Uno de los mejores principios que podemos extraer de este modelo de hacer trading (recordemos que estamos definiendo métodos generales) es precisamente el cortar rápidamente las pérdidas y dejar corre las ganancias. Este principio formará parte de una de las líneas generales de razonamiento a la hora de establecer combinaciones de ambos métodos, así como el desarrollo de los mismos en aras de encontrar el nuestro.
"El público, como un todo, invierte exactamente esta regla. El operador promedio, cuando ve dos o tres puntos de ganancia, lo toma; pero, si una acción va en contra de él dos o tres puntos, espera hasta que el precio se recupere, con frecuencia, el resultado de ver una pérdida de dos o tres puntos se convierten en una pérdida de diez puntos. Luego se desalienta y vende cerca del fondo para proteger el margen que le queda".
(Charles H. Dow)
El otro sistema de trading descrito por Charles Dow (trading conservador)
Comenzaremos por avisar de que se trata de un sistema completamente diferente. Quizá un método más complejo, pero también tiene sus ventajas con respecto al primero.
Valoración de los activos
Se parte de la base de que el operador debe conocer (aproximadamente) el valor intrínseco de las acciones; o los activos en los que pretende operar. Es el primer paso. ¿Significa esto que el trader debe estar realizando análisis fundamentales constantemente para determinar cuál es el valor de los activos?
No es necesario. Simplemente con saber el valor intrínseco aproximado de un activo y actualizarlo de forma periódica (digamos, cada mes o cada trimestre, coincidiendo con la campaña de resultados) se puede tener una idea de si el activo se encuentra sobrevalorado o infravalorado por el mercado. También debe prestar atención a las noticias que puedan afectar al activo y alterar a sus fundamentales.
Tampoco es estrictamente necesario bucear entre los balances de situación y demás documentos contables. Aunque sería recomendable realizar un estudio lo más profundo posible del activo con el que se pretende hacer trading. Esto reduce también los activos en los cuales haremos trading. Puesto que nos obliga a seleccionar unos pocos, a los que deberemos tener bajo un estricto control.
En la actualidad existen servicios de análisis y en cantidad de información financiera en la que se ofrece el valor intrínseco de un activo, según el consenso de varios analistas. Estos servicios pueden sernos útiles.
También se puede recurrir a la relativamente sencilla fórmula de Benjamin Graham, que por mucho que pasen los años sobre ella, sigue ofreciendo una información fiable (esta fórmula es para las acciones).
La fórmula se plantea de la siguiente manera:
Valor intrínseco de una acción= E * [ (2g) + 8,5] * (4,4/Y)
Dónde:
- E = Beneficios actuales por acción
- g = Tasa anual de crecimiento de los beneficios. Por ejemplo, si es de un 3% se expresa como un 3 (Benjamin Graham sugería ser conservadores a la hora de estimar la tasa de crecimiento).
- Y = Tipos de interés actuales. Este porcentaje se obtiene de los bonos corporativos de alta calificación crediticia.
De uno u otro modo, la idea es que se obtenga una valoración aproximada del activo. Según Dow, no se puede negociar con algo cuyo valor se desconoce, puesto que el término barato o caro es relativo y confuso. Las razones las hemos tratado al comienzo de este artículo.
Puede ser que, a priori, pueda parecer que lo que pretendemos es explicar una inversión a inversión en valor (value investing), y no un método de trading. Sin embargo, la inversión en valor alberga algunas diferencias con respecto al método propuesto.
A efectos prácticos, no se trata de una inversión en valor, de aquellas que duran años y que se cimentan, también, en base a comprar activos infravalorados. Aunque sí es cierto que toma en común la valoración intrínseca del activo como una primera aproximación para determinar la tendencia estructural que tomará el activo.
Podríamos determinar que toma como fundamento, la inversión en valor. Ahora bien, puede tomarse dicho fundamento para realizar operaciones más enfocadas al trading y no tanto a la inversión pura. Aunque el espíritu sea el mismo.
Se tiene constancia escrita de que Jesse Livermore tomaba en cuenta estas lecciones a la hora de diseñar sus operaciones, tal y como se puede observar en una serie de entrevistas que le realizaron en 1921:
"Ningún hombre puede tener éxito en el mercado a menos que adquiera un conocimiento fundamental de la economía y se familiarice completamente con las condiciones de todo tipo - la posición financiera de una empresa, su historia pasada, producción, así como el estado de la industria y la situación económica general".
(Jesse Livermore)
"Investigar antes de invertir, mirar antes de saltar; atenerse a los fundamentales"; también nos advierte Livermore.
Tampoco se puede tratar de una operación de day trading, normalmente el estilo de trading que Dow nos ofrece está basado en operaciones que pueden durar meses o incluso años. Esta era la operativa reinante de aquella época, si lo contrastamos con afirmaciones de otros operadores contemporáneos como por ejemplo Richard Wyckoff y el propio Jesse Livermore. Ambos operadores tenían un estilo enfocado a los movimientos intermedios del precio.
Wyckoff, concretamente, era de la opinión que el dinero, las operaciones rentables de verdad, se podían encontrar en períodos de entre 30 y 60 días; lo que se puede definir como una tendencia secundaria, según la Teoría de Dow.
Aunque en este caso lo más aconsejable sería operar con el impulso de la tendencia primaria. La tendencia secundaria se caracteriza por ser una corrección dentro de la tendencia primaria, los impulsos se confunden en ambas tendencias porque van en el mismo sentido. Dicho de otro modo, pretendemos captar impulsos concretos de medio plazo (podríamos compararlo con una onda impulsiva en términos del Principio de Elliott).
También es cierto que podríamos mantener la posición y transformarla en una inversión de más largo plazo. Pero lo ideal para llevar a cabo este método es tomar los impulsos de la tendencia primaria (operando según los plazos indicados por Wyckoff).
Esto también es consecuente con lo dicho anteriormente en cuanto a la valoración de los activos. Normalmente, cuando tomamos un valor intrínseco es para tener cierta certeza que este se mantendrá durante unos meses. Suficiente para captar el movimiento de mercado objeto de nuestro análisis. Aún así, deberemos estar atentos a los posibles cambios que puedan surgir en los fundamentales del activo a operar.
Confirmación de la tendencia y el estado del precio
Como no, debemos en este punto contrastar el valor intrínseco del activo con el precio de mercado, así como determinar en qué punto se halla: ¿Ha comenzado el impulso (tanto alcista como bajista)? ¿Se está agotando? ¿Está corrigiendo el precio? ¿Está acabando la corrección?
Los gráficos nos son útiles para determinar en qué posición de la tendencia primaria nos encontramos. Nos indican el momento de entrar y salir del mercado. En resumen, todo esto es lo relativo al análisis técnico. Sin embargo, el análisis debe cubrir todas las cuestiones planteadas.
No es de extrañar que Dow contrastase la valoración intrínseca con la tendencia de precio. Él fue quién diseñó la estructura básica de lo que hoy llamamos análisis técnico. Sin embargo, cuando Dow trataba estos asuntos, lo hacía tomando unos promedios de mercado que hoy en día llamamos índices.
Determinación de la tendencia general del mercado
Jesse Livermore, coincide con Dow al exponer que el movimiento de una acción debe estar apoyado por el movimiento general del mercado, representado por su índice. El índice de mercado nos ofrece la seguridad de que las condiciones son favorables para nuestra operación. Junto con las condiciones macroeconómicas, sería lo que en términos del Arte de la Guerra (según el tratado de Sun Tzu) podríamos considerar como el clima. ¿Tenemos las condiciones del clima a nuestro favor?
Los mercados alcistas y bajistas se suceden continuamente, al igual que la economía es cíclica. Dow determinaba la duración de los ciclos entre 4 y 5 años (como veremos posteriormente). No obstante, en este sentido puede ser útil establecer una Media Móvil Simple de 200 períodos. ¿Por qué 200 períodos?:
- Si miramos un gráfico diario, la MMS de 200 períodos nos indica el precio promedio de las últimas 200 sesiones. Es decir, aproximadamente las jornadas de contratación efectivas anuales (En realidad un año tiene más de 200 sesiones. En este caso se aplica la media un poco reducida para otorgarle algo más de sensiblidad y rápidez. A modo de una estandarización).
- Si, por otra parte, atendemos a los gráficos semanales, con fines de ver la tendencia primaria de una forma más clara; la media móvil de 200 períodos nos puede dar una idea del precio medio de todo un ciclo (200 semanas de contratación pueden ser algo más de 4 años. Como en el caso anterior, se trata de establecer cifras aproximadas y se reduce la parametrización para otorgarle una mayor sensibilidad).
Partimos de la premisa de que un ciclo alcista se inicia con un suelo de mercado, un punto en el cual el mercado se encuentra infravalorado y, por consiguiente, debe encontrarse por debajo de la media. El mercado avanza, superando dicha media, hasta agotar el ciclo alcista y comenzar el declive. Durante el declive, el mercado vuelve a superar su media a la baja. Dicho de otro modo, los ciclos de mercado debe oscilar alrededor de un precio medio. En este caso se toma la media de 200 períodos por ser la que más se ajusta a los ciclos de los mercados.
Existe la teoría de "reversión a la media". Esta teoría explica que los precios acaban volviendo a la media. En este caso, más que una reversión nos referimos a una oscilación del precio alrededor de la media de un ciclo. Tan sólo añadir que este concepto ha sido deducido por el autor de estas líneas en el ejercicio de su profesión estudiando las Teoría de Dow. Charles Dow hacia referencia a las medias para describir los índices de mercado.
La frase exactamente de Dow es la siguiente:
"Los mercados alcistas y los mercados bajistas duran cuatro o cinco años cada uno. Determine por los precios promedio, cuál está en camino".
Según la Teoría de Dow, las tendencias primarias son aquellas que tienen una duración superior a un año y posiblemente pueden llegar a perdurar varios años. Pero en esta ocasión, cuando habla de las oscilaciones del mercado, Dow explica que pueden cada fase (tanto la alcista como la bajista) puede tener una duración de unos cuatro años (o incluso más). De hecho, otros artículos escritos por Charles Dow exponen claramente que los movimientos principales de los mercados cubren un período de 4 a 6 años.
Según lo observado, y para no confundir al lector, podemos determinar que las tendencias primarias, los movimientos generales y estructurales del mercado, deben tener una duración mínima de un año. Aunque la duración máxima puede (y en ocasiones lo hace) durar un período de unos 4 a 6 años de media.
Sin embargo, lo realmente interesante de todo esto, es la idea de utilizar los índices para determinar el ciclo de mercado. La frase "Determine por los precios promedio" puede entenderse como, no la media móvil en sí misma, sino la utilización de los índices bursátiles para tales fines. Un razonamiento lógico si tenemos en cuenta que los mercados bursátiles son un barómetro de los ciclos económicos. Por lo tanto, si la economía se mueve en ciclos, los mercados deben ser un reflejo de estos.
Al igual que se utilizan los índices como medias para representar un mercado; es posible utilizar la media de precios para representar la parte del ciclo en la que se encuentran. En este caso utilizamos la media móvil de 200 períodos por los motivos descritos y por ser un indicador de referencia. Es utilizada por una gran cantidad de operadores profesionales.
Pongamos unos ejemplos, si atendemos a estos índices concluiremos los siguente:
Ibex 35: Durante la gran caída que acabó a mediados del año 2012 nos encontramos en un ciclo bajista. Posteriormente le siguió un ciclo al alza, que acabó en 2015. En la actualidad, el precio se encuentra justo en la media. Aunque la impresión es que esta última corrección, la cual dura ya más de un año, ha conseguido superarla a la baja. (Fuente: ProRealTime.com).
El Standard and Poor's 500: El ciclo alcista comenzó en 2009. Un período muy largo para tratarse de un ciclo de mercado. No ha tenido movimientos bajistas de una duración superior a un año (aunque se ha aproximado), las correcciones han revertido a la media de 200 períodos y han rebotado en la misma. Además de eso el precio se encuentra muy alejado de la media (Fuente: ProRealTime).
Dax 30: Tiene un comportamiento similar al índice americano visto anteriormente: Un ciclo de mercado alcista que está teniendo una duración muy prolongada. Con períodos bajistas no superiores al año, aunque muy aproximadas (considerándose, por lo tanto ,correcciones; tendencias secundarias). El último máximo no ha podido ser superado y tiene dos mínimos en la misma zona (Fuente: ProRealTime).
Podemos deducir que el tanto el mercado alemán, como el de Estados Unidos (ambos muy correlacionados) están en una fase alcista superior al plazo señalado por Dow. Mientras que el Ibex 35, un mercado más débil, ha sufrido correcciones más profundas y de más largo plazo. Lo que para el Dax y el S&P 500 han sido correcciones secundarias con una duración inferior a un año y que han rebotado en la media móvil de 200 períodos, en el Ibex 35 han resultado ser una fase bajista del ciclo; con tendencias bajistas superiores al año y que han superado la MMS de 200 períodos. Prueba de la debilidad de nuestro mercado con respecto a los principales mercados bursátiles mundiales.
En resumen, una media móvil de 200 períodos nos puede ofrecer el precio medio en un año (para el caso de observar gráficos diarios). Pero lo realmente interesante es ver cómo se encuentra el precio con respecto a su media para tener una señal del ciclo de mercado.
En función de si el precio cotiza por encima o por debajo de su media, así como si se encuentra muy distante de la misma, podríamos determinar (tan sólo es una de las señales) en qué punto del ciclo de mercado nos encontramos. Una vez realizado esto, el siguiente paso es realizar un análisis de la tendencia, respondiendo a las mismas cuestiones planteadas para el precio de cotización de un activo.
Ahora bien, el precio tiende a separase más de su media por la parte alta que por la parte baja:
"Por lo general, hay más recuperación en un mercado bajista que las recaídas en un mercado alcista".
(Charles Dow)
Por lo tanto, el siguiente principio del método de trading que nos propone Dow es precisamente determinar la tendencia general del mercado.
Como en el caso de análisis del gráfico del activo, debemos determinar también en qué situación se encuentra el mercado en general y si apoya el movimiento que pretendemos operar:
- ¿Está corrigiendo?
- ¿Está en pleno impulso?
- ¿Hay signos de acumulación o distribución?
- Ect..
El contrastar los índices con las tendencias de los valores (así como con otros índices sectoriales) también es uno de los principios de la Teoría de Dow.
La ejecución de las órdenes
En este punto, el operador debe diseñar su plan de campaña para comerciar con las acciones seleccionadas, una vez determinados todos los requisitos de análisis y obtener luz verde para llevar adelante la operación y conseguir captar un impulso.
Para Dow, los activos idóneos a considerar para ejecutar este método son los siguientes:
"Determine la acción o acciones que desea negociar. Deben ser acciones ferroviarias, pagadores de dividendos, no demasiado bajos ni demasiado altos, bastante activas, y para el lado alcista por debajo de su valor [intrínseco]; para el lado bajista por encima de su valor [intrínseco]. Los valores se determinan aproximadamente por los beneficios disponibles para dividendos".
(Charles Dow)
Excepto por las características de las acciones a seleccionar. Todo lo que se dice en esta frase ya ha sido comentado. Pero, ¿Por qué acciones ferroviarias? ¿Por qué pagadoras de dividendos ni demasiado altos ni demasiado bajos?
El sector ferroviario era el sector de crecimiento en aquella época. Una industria activa y volátil. Por otra parte, era necesario que las acciones fuesen capaces de generar beneficios que salvaguardasen los intereses de los accionistas. No obstante, unos beneficios demasiado altos podrían minar el crecimiento de la empresa. Unos beneficios demasiado bajos podría entenderse como un signo de debilidad en sus fundamentales. Las acciones debían tener estabilidad, solidez en sus beneficios y el pago de dividendos, con bastante volumen de contratación y de un sector activo. Esta era la combinación adecuada para la selección de activos.
La primera orden debe ser la compra de un lote de acciones cuando él considere que es el precio correcto y el momento adecuado. ¿Cuántas acciones compondrán el lote? Lo veremos posteriormente, pero en gran medida también dependerá del capital que se tenga disponible.
Se tienen que dar las siguientes circunstancias para realizar la compra del primer lote de acciones (repasando lo visto hasta el momento):
- La acción está infravalorada (para operar en largo) o sobrevalorada (para operar en corto).
- Tanto el activo como el mercado en general han comenzado la tendencia estructural (primaria) en el sentido de nuestra operación.
- El activo ha llegado a un punto en el cual comienza a corregir, el impulso ha terminado. El objetivo es aprovechar la corrección (tendencia secundaria) con fines de cazar el siguiente impulso.
- Cuando se tenga constancia de que se ha iniciado una corrección de grado secundario (aquella que puede durar entre 3 semanas y tres meses), es el momento de diseñar e iniciar una campaña de compras. Es recomendable esperar a que la corrección se desarrolle en 5 puntos porcentuales para comenzar la campaña lanzando la primera orden (dos o tres puntos puntos si se opera en corto).
Aquí entramos en una de las partes más controvertidas del método expuesto por el propio Charles Dow. Algo que se considera poco menos que una herejía operando con apalancamiento y órdenes de stop loss. Mejor dicho, operando con el otro estilo de trading.
En palabras del propio autor:
“Luego comprará una cantidad igual cada 1% en la medida que la disminución [se refiere a la corrección] pueda ir”.
Dicho de otro modo: Cada punto porcentual que el precio se mueva en nuestra contra (recordemos que estamos operando en plena corrección) se comprará un nuevo lote de acciones (o del activo que se trate) igual al primer lote inicial.
Este es el principio de promediar a la baja, algo que supone un pecado capital cuando se opera con apalancamiento (por lo menos no recomendable si no se tiene un grado de experiencia), pero que sin duda Dow nos advierte que este es el método utilizado por los grandes operadores:
“Este método de negociación es el que generalmente utilizan los grandes operadores”.
Sin duda, Charles Dow establece estos principios en base a toda una vida de observación a los grandes operadores de aquella época durante el desarrollo de su profesión como periodista del Wall Street Journal.
No existe necesidad de establecer órdenes stop loss (o se deben colocar en un punto alejado). No existe el mismo riesgo al promediar a la baja realizando compras escalonadas de pequeños lotes y manteniendo un amplio margen en cuenta que el que pueda existir si se realiza el trading descrito anteriormente (el primer método); el apalancamiento se reduce considerablemente, en caso de que no se elimine por completo.
La clave es la siguiente: los operadores conocen el valor de las acciones, por lo tanto, si compran un nuevo lote a un precio inferior, en realidad están comprando un activo más seguro. No obstante, cuando se tengan pruebas de que la teoría en la que se edifica la estrategia es errónea, se cortarán pérdidas inmediatamente abortando la operación.
Si una acción es barata 10 €, será más barata a 9,50 €; y si desciende a 8 € o a 7 €, sabiendo que el mercado está apuntando a nuestro favor y que la acción puede recuperarse, es incluso más recomendable su compra. En resumen, el método se basa en promediar a la baja en las correcciones marcadas por las tendencias secundarias del mercado. He aquí la clave.
Este método, según indica también el propio Dow, tiene su origen y su filosofía en los comerciantes de materias primas: “comprar barato y vender caro”. Los grandes operadores trataban a las acciones como si fuesen commodities (materias primas).
Puede parecer un método lento, sin embargo, Dow aseguraba que: “
Esta es la forma en que un operador grande observa sus acciones favoritas y esta es la razón por la que generalmente gana dinero en ellas”.
Si contrastamos todo lo expuesto y metemos en una coctelera:
- Tener el cuenta y operar basándonos en el valor intrínseco (la compraventa a un precio favorable)
- Identificar y estudiar la tendencia del activo y el estado en que se encuentra (mediante análisis técnico)
- La tendencia general del mercado y el estado en el que se encuentra (el ciclo de mercado en el que estamos y lo que puede durar)
- Aprovechamos la corrección secundaria
- Realizamos compras escalonadas de pequeños lotes
- Mantenemos margen suficiente en cuenta
- Limitamos (e incluso eliminamos) el factor apalancamiento
El resultado es una inversión sólida, efectiva y segura.
¿Por qué los traders prefieren el primer método?
La primera respuesta que podríamos ofrecer es que es necesario saber el valor de las acciones. Esto era considerado un inconveniente para el pequeño inversor en los tiempos de Dow, puesto que no existía tan siquiera las teorías de Benjamin Graham en cuanto al análisis fundamental.
Aunque también es cierto que (tal y como hemos visto) en el propio artículo que estamos comentando, Dow expuso:
“Los valores se determinan aproximadamente por los beneficios disponibles para los dividendos”.
Es decir, se tenía en cuenta tanto la valoración del patrimonio de una compañía, como la capacidad de pagar dividendos (los beneficios empresariales) para realizar la valoración de los activos. Es curioso porque tradicionalmente se entendía como la valoración de las acciones su mero valor contable (es decir, activos menos pasivos). Charles Dow ya introdujo el concepto de los beneficios empresariales y los dividendos futuros para establecer el valor intrínseco de las acciones. Benjamin Graham, el padre de estas teorías, debía tener unos 8 años cuando se publicó el artículo que estamos analizando y comentando hoy en fepix.com.
Los operadores grandes contaban con una gran ventaja, puesto que el inversor medio siempre tenía una serie de factores desconocidos que interferían en el resultado de la valoración.
Tal y como se ha explicado, hoy en día podemos hacer tabla rasa y conocer el valor intrínseco aproximado de un activo de forma sencilla e incluso gratuita. También es posible realizar la valoración nosotros mismos si decidimos instruirnos en tal materia.
Sin embargo, sigue siendo más cómodo el ignorar estas cuestiones y obtener ganancias rápidas mediante la utilización del apalancamiento.
Por otra parte, también es cierto que existe el factor miedo. Este método produce inseguridad, la típica de ver como una operación entra en pérdidas. Se necesita mucha determinación para seguir comprando conforme el precio fluctúe en nuestra contra.
Charles Dow lo indicó de esta manera:
“Cuando el precio de una acción disminuye considerablemente, el operador pequeño siempre teme que haya pasado por alto algo de importancia y, por lo tanto, está tentado a vender en lugar de promediar sus tenencias”.
El sacar o reducir significativamente el apalancamiento de la ecuación nos procurará una mayor tranquilidad a la hora de seguir este método. No tendremos la necesidad de cortar pérdidas tan rápidamente y estaremos en una mejor disposición para ejecutarlo con calma.
No obstante, hay una cuestión que Dow expone sin margen de dudas (en otro texto): En cuanto se tengan indicios de que la operación está sustentada en un error, se cortarán las pérdidas lo más rápidamente posible. Como vemos, la idea de cortar pérdidas sigue vigente. Sólo que en este caso no se consideran como tales por operar con margen suficiente y por tener la operación planteada de este modo (es decir, promediando).
Por supuesto, y aquí viene el siguiente motivo por el que este método no es seguido por los operadores minoristas: exige cierto nivel de capital.
En este sentido, atendamos a otra cita textual del autor:
“Miles de especuladores creen que, debido a que el 10 por ciento es un margen especulativo común, 1.000$ los justifican para que operen con lotes de 100 acciones. Esta impresión produce pérdidas continuamente”.
Se puede observar claramente como Dow advierte de la necesidad de limitar el tamaño de las operaciones para preservar el capital. El texto sigue diciendo:
“El hombre que tiene 1.000$ para la especulación no está bien equipado para operar incluso con lotes de 10 acciones, si se propone negociar escalonadamente [promediando]”.
Lo ideal, según el autor, es conseguir el capital necesario para poder comerciar con 20 lotes de 10 acciones cada uno. Cada lote un 1% más barato. Con un apalancamiento máximo de 1:4 (aunque lo mejor sería eliminarlo completamente). En cualquier caso, las operaciones deben ser de pequeño tamaño. Es una imprudencia aumentar el volumen de compra.
Tan sólo se trata de comerciar con lotes pequeños y realizar compras escalonadas, conforme se sucede la corrección. Después vendrá el impulso y el precio promedio de todas nuestras compras brindará una ganancia nada despreciable.
Es necesaria la paciencia y la aplicación de una campaña bien diseñada y ejecutada con disciplina. Pero Dow asegura que “manteniendo todas las acciones compradas rara vez se obtiene pérdida".
“Es un viejo dicho de Wall Street que el hombre que comienza a especular en acciones con la intención de hacer una fortuna, generalmente se arruina, mientras que el hombre que comercia con vistas a obtener buenos intereses sobre su dinero, a veces se enriquece”
Esta es sólo otra forma de decir que el dinero se hace mediante el comercio [Trading] conservador más que por el esfuerzo de obtener grandes ganancias asumiendo grandes riesgos".
(Charles H. Dow)
Estos son los dos métodos generales de trading expuestos por Charles Dow, ambos son legítimos. Pero uno de ellos es conservador y no conlleva la filosofía de obtener grandes ganancias asumiendo grandes riesgos.
Podríamos considerar las dos estructuras básicas para edificar un método más depurado y científico; algo así como los primeros trazos de un lienzo.
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