¿Cómo se mueve el dinero? El Sistema Financiero en el 2019
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- Escrito por José Miguel Bastida
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El dinero circula a través del sistema financiero. Esta compleja organización, que vamos a ir fragmentando para tratar de comprender mejor cómo se mueve el dinero, tiene como objetivo satisfacer las necesidades financieras de familias, empresas y Administraciones públicas.
El sistema financiero es un ente formado por los intermediarios financieros, los activos financieros y los mercados financieros. Además de otros elementos como pueden ser las leyes o las autoridades financieras. Si te preguntas ¿cómo se mueve el dinero? verás en este artículo que, gracias a estos elementos, el ahorro se canaliza para satisfacer las necesidades de financiación.
¿Qué es el sistema financiero?
El sistema financiero es un concepto muy amplio. Se trata de un conjunto de instituciones (personas, medios, organismos, etc.) que tienen como objetivo la canalización del ahorro (es decir, el dinero) desde aquellos que lo tienen (unidades de gasto con superávit) hacia aquellos que lo necesitan (unidades de gasto con déficit). Vamos a explicarlo con más detalle.
Por un lado tenemos una serie de agentes económicos (sean familias, empresas u organismos públicos) que gastan en consumo y/o bienes de inversión. Estos agentes también deben tener ingresos para poder gastar. De tal manera que los ingresos de unos agentes económicos supondrán un gasto para otros.
Si alguien compra una lámpara a una tienda, esta persona tendrá un gasto. Pero la tienda tendrá un ingreso por la misma cantidad. Por otra parte la tienda también tendrá una serie de gastos, inversiones para tener productos en su almacén, por ejemplo. Este gasto supondrá un ingreso para el fabricante.
El fabricante tendrá sus gastos, entre ellos pagar los salarios de las personas que trabajan para él, de modo que puedan consumir otros productos. Este gasto supondrá un ingreso para las familias. Así sucesivamente.
Es decir, existen agentes que extraen materias primas, otros producen, otros prestan servicios y todo ello va destinado al consumo de las familias e inversiones de empresas (sector privado). También van destinados a cubrir los gastos de carácter general que se gestionan a través de las Administraciones Públicas (sector público).
Una unidad de gasto con superávit se define como aquel agente económico que gasta en consumo y/o bienes de inversión menos que lo que ingresa. Por consiguiente, tienen un ahorro.
En el caso contrario tenemos a las unidades de gasto con déficit que son aquellas que prefieren gastar en consumo y/o bienes de inversión más de los que ingresan. Por consiguiente, necesitan financiación.
El sistema financiero está diseñado para canalizar el ahorro de unos hacia las necesidades financieras de otros. A cambio de este préstamo de dinero, aquellos que lo ponen a disposición obtienen una rentabilidad por el mismo (además del cobro de otros servicios).
Ahorro y crédito
Ya hemos definido unos conceptos que integran el sistema financiero y que son la base del mismo: El ahorro y el crédito por una parte y las unidades de gasto con déficit o superávit por otra.
Unas unidades de gasto dispondrán de ahorro, mientras que otras precisan crédito para poder desarrollarse y satisfacer sus necesidades.
El ahorro y el crédito son comprados y vendidos por un conjunto de intermediarios financieros para poder así canalizarlos desde el origen hasta el destino. En función de la oferta y la demanda.
Para agilizar este proceso, el ahorro y el crédito se instrumentan en documentos que tienen incorporados una serie de derechos económicos. Estos documentos son títulos valores o activos financieros.
Para ello, los intermediarios se sirven de una serie de mercados financieros. Son como supermercados en los cuales se oferta ahorro y se demanda crédito (en definitiva la oferta y la demanda es de capital).
Como podemos suponer cuanto mayor sea el ahorro mayor oferta habrá en el mercado. Se destinarán más recursos para satisfacer las necesidades de crédito. ¿De qué depende esto?
Pues depende de muchos factores, como por ejemplo el contexto económico general del país, cómo se sitúen los tipos de interés, cuál es el nivel de renta, la capacidad para generar riqueza de las personas y empresas, etc.
Lo que sí podemos afirmar es que la oferta y la demanda de ahorro y crédito varían según el momento y la situación económica. No son fijas.
¿Qué elementos componen el sistema financiero?
Una vez definido qué es y para qué sirve el sistema financiero, ha llegado el momento de ver qué elementos forman parte del mismo. Todos estos conceptos forman, en su conjunto, el sistema financiero. Es el mecanismo por el cual se mueve el dinero para que el ahorro de unos sea la financiación de otros.
Las instituciones o intermediarios financieros
Comenzamos por los elementos personales del sistema financiero. Son los sujetos intervinientes. En otras palabras, el quién.
Hemos dejado al margen de esta categoría a las unidades de gasto. Básicamente las unidades de gasto son las familias, empresas y el Gobierno (Administraciones Públicas). Aunque también son parte del sistema financiero y son sujetos que intervienen, más bien se encuadrarían en los extremos de la cadena por la cual se mueve el dinero. Dicho de otro modo, son el origen y el destino del sistema. Los verdaderos prestamistas y prestatarios.
Nos centramos en todo el conjunto de personas que median para poder llevar a cabo esta labor cuando hablamos de sujetos intervinientes.
A las personas (físicas o jurídicas) e instituciones intervinientes se les denominan intermediarios financieros. Son especialistas en mediación y operaciones de este tipo. Se encargan de comprar y vender una serie de activos financieros en los correspondientes mercados. También pueden comprarlos y transformarlos en otros activos diferentes, con el fin de venderlos a los ahorradores.
De un modo general, podemos distinguir dos tipos de intermediarios financieros:
- Intermediarios financieros bancarios: También llamados entidades de crédito. Para captar parte de sus recursos financieros necesarios para ofrecer crédito, deben emitir depósitos. Esto es lo que les caracteriza. Tienen autorización para captar fondos del público mediante depósitos. Por este motivo también son llamados entidades de depósito.
¿Y esto qué quiere decir? Pues que los bancos se caracterizan porque pueden generar recursos financieros utilizando los fondos de los particulares depositados. Sus fondos (entre otras vías de financiación) son billetes y depósitos a la vista (sus pasivos son dinero). Son deudas (pasivos) contraídas con las unidades de gasto con superávit que tienen su ahorro en el banco.
- Intermediarios financieros no bancarios: No tienen autorización para emitir recursos financieros (es decir depósitos). La diferencia es clara, para conseguir recursos pueden disponer de cualquier otro medio que no sea la captación de depósitos del público. Su actividad es puramente mediadora.
Ejemplo:
Cuando abrimos una cuenta nómina, en realidad estamos realizando un depósito a la vista en un banco. Cada vez que nos ingresen fondos a nuestra cuenta, dichos fondos son utilizados por la entidad bancaria para otros fines.
También podemos contratar un depósito a plazo. La entidad consigue fondos para su negocio y nos pagará un interés por el dinero depositado (menor que la rentabilidad que suelen conseguir por los mismos fondos). En ambos casos es, a todos los efectos, un préstamo que le concedemos a la entidad bancaria.
Para poder captar fondos del público mediante depósitos (a la vista o a plazo) se debe tener una autorización expresa. No todos los intermediarios pueden captar fondos de esta manera, es lo que distingue a los bancos de otro tipo de intermediarios.
Una vez hecha esta distinción, en el sistema financiero intervienen estos tipos de intermediarios:
- Bancos centrales: Son la máxima autoridad del sistema financiero junto con el Gobierno. Definen la política financiera y monetaria (operando en los mercados y regulando los tipos de interés), realizan operaciones de cambio de divisas, gestionan las reservas oficiales del Estado, promueven el buen funcionamiento y la confianza del sistema de pagos, emiten dinero de curso legal, supervisan la actuación y el cumplimiento de la normativa específica de las entidades de crédito, prestan servicios de tesorería, asesoran, atienden reclamaciones, elaboran y publican estadísticas, etc. Podríamos decir de los bancos centrales que "son los dictadores de los tipos de interés y la política monetaria".
- Entidades bancarias: Hemos definido con anterioridad cuál es la diferencia básica entre una entidad bancaria y una no bancaria. La clave está en generar recursos mediante la captación de depósitos. Además de prestar créditos y ofrecer otros servicios.
- Entidades de crédito: Existen otros tipos de entidades de crédito que no tienen la consideración de entidades bancarias. Las compañías de financiación de ventas a plazo son un ejemplo de ello. Se diferencian de las entidades bancarias porque no están autorizadas para captar depósitos del público. Es decir, no pueden utilizar el dinero que los particulares (familias y empresas) depositan en ellas para realizar sus propios negocios financieros (tal como hemos expuesto anteriormente).
- Entidades aseguradoras: Son instituciones especializadas en la cobertura y gestión de riesgos. Estas entidades invierten una parte de la prima (precio que se paga al contratar un seguro) en activos financieros con fines de tener patrimonio suficiente para cubrir los siniestros. Las entidades aseguradoras juegan un papel importante en el sistema financiero, tanto estratégico como social y económico. Tienen grandes capitales y realizan operaciones a gran escala. Junto con el sector bancario, de crédito y los mercados financieros, son un pilar. Por este motivo, están sometidas a regulaciones por parte de la Administración Pública.
- Entidades gestoras de fondos de pensiones: Gestionan fondos de pensiones. Son fondos colectivos destinados a percibir prestaciones económicas por la jubilación u otros supuestos previstos en la Ley. Estas entidades invierten dichos fondos y cobran comisiones por ellos.
- Instituciones de inversión colectiva: Las más importantes y conocidas son los fondos de inversión. Aunque también existen las sociedades de inversión. Son entidades que gestionan patrimonios conjuntos. Los fondos de los clientes son invertidos por un gestor para conseguir rentabilidad y cobran una serie de comisiones por ello.
- Sociedades de valores: Son entidades especializadas para operar en los mercados de valores comprando y vendiendo activos. Pueden operar tanto en nombre propio como por cuenta de terceros.
- Agencias de valores: También son entidades especializadas para operar en los mercados de valores. Se diferencian de las Sociedades de valores porque no pueden operar en nombre propio. Tan sólo intervienen en nombre de un tercero y según sus órdenes de compra o de venta.
Los intermediarios financieros consiguen que el dinero se mueva a través de todo el sistema financiero, y de este modo pueda llegar de las unidades de gasto con superávit a las unidades de gasto con déficit del modo más barato y con el menor riesgo posible.
Gracias a su volumen de operaciones y su especialización, según su actividad, pueden aplicar una economía de escala para conseguir mejores precios. También pueden mitigar el riesgo mediante la diversificación.
Captan recursos a corto plazo, transforman activos, alteran los plazos para conceder más tiempo. En definitiva son los que hacen posible que el sistema financiero funcione.
Los activos financieros
Una vez vistos quienes son los que operan en el sistema financiero, debemos definir el qué. ¿Qué se compra y se vende? ¿Qué instrumentos hacen posible que el dinero se mueva? Los activos financieros son los elementos reales del sistema.
También son llamados instrumentos financieros. Son los títulos que emiten las unidades de gasto. Estos títulos tienen una serie de derechos económicos, aquel que tenga el título tiene los derechos. Son unos derechos que tiene aquél que lo posee a recibir del emisor flujos futuros de efectivo.
Son emitidos con una finalidad económico-financiera determinada. Ayudan a la movilización del dinero y los recursos de la economía. En otras palabras, no generan riqueza por sí mismos; sin embargo, ayudan a generarla porque dan movilidad a los recursos económicos.
Quién emite el título genera un pasivo (una deuda). Aquél que lo adquiere tiene una forma de patrimonio o de riqueza (un activo). Los activos financieros son un medio para mantener la riqueza.
Las características de los activos financieros
Los activos financieros tienen tres características principales que se deben conocer para poder valorarlos:
- Liquidez: es la facilidad que tiene el activo financiero para que pueda materializarse en dinero en el corto plazo sin que por esta transformación sufra pérdidas en su valor.
- Riesgo: se puede definir como la probabilidad de que, a su vencimiento, el emisor cumpla sin dificultad las cláusulas de amortización. Es decir, que no incumpla su promesa de pago. A esto se define como el riesgo de crédito.
- Rentabilidad: es la capacidad de un activo de producir intereses u otros rendimientos a la persona quién lo posea. Los rendimientos son los ingresos o flujos de efectivo que recibe el tenedor del activo financiero, como contraprestación por haber prestado el dinero y asumir riesgos.
No existe el activo perfecto. Cuando un activo carece de liquidez los inversores o personas que lo adquieren exigen una mayor rentabilidad. Al igual que cuanto mayor sea su riesgo.
Así pues, un activo que sea líquido, rentable y con poco riesgo es difícil de encontrar, por no decir imposible. Siempre flojeará en algún extremo de este triángulo.
Por ejemplo, el activo más líquido que existe es el dinero en efectivo. Pero este activo no es rentable poseerlo, ya que no ofrece intereses ni dividendos. Tampoco se aprecia, todo lo contrario, más bien se deprecia por el efecto de la inflación.
Los activos pueden ser públicos o privados, en función de si el emisor de los mismos es una Administración Pública o el Banco Central del País; o bien se trata de una entidad privada, como podría ser una empresa.
Los activos financieros son de tres tipos:
- Productos típicos bancarios: son los depósitos o cuentas corrientes, préstamos, hipotecas, etcétera.
- Partes del capital de una empresa o institución: son las acciones o participaciones (cuando se invierte en un fondo de inversión se adquieren participaciones del mismo).
- Títulos de deuda: se incluyen letras, bonos, obligaciones, pagarés de empresa, pagarés bancarios, etc.
También existen los activos financieros derivados, incluyen los futuros y las opciones financieras. El valor de estos títulos depende a su vez de otro activo de los que hemos visto (que se llama activo financiero subyacente).
Los mercados financieros
Ya tenemos el cómo y el quién, ahora sólo falta en dónde y el cómo. Dicho de otro modo, si los intermediarios financieros se dedican a mover activos financieros que emiten unidades de gasto con déficit (aunque a veces los emiten los propios intermediarios), para que finalmente sean adquiridos por las unidades de gasto con superávit, necesitarán ponerse en contacto entre ellos y con dichas unidades de gasto.
Todo esto se hace a través de los mercados financieros, el sitio en el cual se produce el intercambio de activos financieros entre intermediarios o con el público en general.
Un mercado financiero puede definirse por un ámbito en el cuál actúan los intermediarios financieros para intercambiar activos financieros, determinándose su precio.
Los mercados financieros sirven para:
- Poner en contacto a los agentes que intervienen en el sistema financiero (intermediarios).
- Fijar el precio de los activos. Mediante la emisión del activo o mediante negociación sobre activos ya emitidos (mercados primarios o mercados secundarios respectivamente). Gracias a los mercados los precios se fijan de forma correcta y transparente. No permitiendo una fácil manipulación.
- Dotan a los activos de liquidez. Cuanto mayor sea un mercado y exista más oferta o demanda sobre un activo, más fácil será venderlo sin tener que bajar el precio para transformarlo en dinero.
- Reducen los plazos para el intercambio y los costes de transacciones e intermediación.
- La circulación de los activos es ágil gracias a ellos. El número de participantes es amplio.
Los mercados deben tener una serie de características para su buen funcionamiento, cuanto mejor sean las siguientes condiciones, el mercado será más perfecto:
- Amplitud: Un mercado es amplio en función del número de activos y volumen que se negocie en él.
- Transparencia: Un mercado es más transparente cuanto mejor, más fácil y más barato sea obtener la información necesaria para tomar decisiones.
- Libertad: Esta característica viene determinada por la no existencia de limitaciones para su acceso. En otras palabras, su grado de apertura. Así como la no existencia de limitaciones para intercambiar activos en la cuantía deseada (volumen) y la no injerencia de autoridades y otros agentes externos en la libre formación de los precios.
- Profundidad: Un mercado es más profundo cuanto mayor es el número de órdenes de compra y venta que existen para un mismo activo. A distintos precios.
- Flexibilidad: Se trata de la facilidad que existe para la rápida reacción de los agentes ante la aparición de un cambio en los precios de los activos y otras condiciones del mercado.
Un mercado puede ser directo, sin necesidad de que existan intermediarios. Las operaciones se realizan entre los oferentes de fondos y los demandantes de los mismos directamente.
Por otra parte, existen mercados financieros en los que es necesaria la presencia de intermediarios, para llevar a cabo la compraventa de activos. Estos se denominan mercados intermediados. La bolsa es un ejemplo de ello (no podemos acudir a negociar acciones sin que una sociedad o agencia de valores lo haga en nuestro nombre).
También se pueden dividir en mercados primarios o secundarios. En los mercados primarios salen a la luz los activos de nueva creación, es la compra en la emisión del activo. En los mercados secundarios se intercambian activos ya existentes, emitidos anteriormente en un mercado primario.
Normalmente los mercados son organizados. Esto quiere decir que se negocian los activos en un solo lugar (no tiene por qué ser un lugar físico) bajo una serie de normas y reglamentos. Cuando los activos se negocian simplemente por acuerdo entre las partes, sin que exista una normativa específica, se le llama mercado no organizado (Over The Counter u OTC).
Por último, queda decir que existen dos tipos de mercados desde el punto de vista del plazo de los activos que se negocian en él:
- Mercado monetario: Es únicamente para el dinero y títulos que vencen en un plazo inferior a los 18 meses, por consiguiente están considerados también dinero. Se caracteriza por su alta liquidez y reducido riesgo.
- Mercado de capitales: En él se realizan operaciones de colocación y financiación a largo plazo (más de 18 meses).
Los mercados financieros más importantes son:
- Mercado interbancario: Es un mercado monetario. Se utiliza por las entidades de crédito para obtener financiación a corto plazo. Se trata de un mercado muy importante en el cual se reflejan de forma inmediata las decisiones de política monetaria (por ejemplo, un aumento del tipo de interés).
- Mercado de divisas: En este mercado se negocian las distintas monedas emitidas por los países. Es el mercado más antiguo y líquido del mundo. Las divisas se canjean según un tipo de cambio entre ellas que viene determinado por la oferta y la demanda. Aunque la coyuntura económica y la política monetaria de los países tienen mucho que ver en la formación del cambio de cada divisa.
- Mercado de deuda pública: Es un mercado en el cual un determinado estado emite activos para financiar sus actividades y proyectos. Los estados emiten activos de deuda. Por ejemplo el Estado español emite Letras del Tesoro, Bonos del Estado y Obligaciones del Estado. Son activos en los cuales se devolverá el capital prestado al vencimiento del mismo, pagando intereses anuales. Estos títulos se pueden revender en el mercado secundario.
- Bolsas de Valores: En estos mercados se negocian activos financieros de muchos tipos, a medio y largo plazo. Se negocian títulos de renta fija (deuda) y renta variable (acciones). Las bolsas de valores son organismos de importancia capital en el mundo de las finanzas. Es un supermercado de activos financieros. Por lo tanto, una bolsa, en sentido estricto es el mercado de renta variable. Pero en sentido amplio, se refiere al mercado en el cual se negocian activos privados, tanto de renta fija como de renta variable.
- Mercado de derivados financieros: Es otro tipo de Bolsa de Valores, en la cual se negocian un tipo de activos que surgen, a su vez, de otros activos (denominados subyacentes). Un ejemplo sería el mercado de futuros financieros de Chicago. En este mercado tiene lugar la compraventa de futuros, un derivado que nace de otro activo financiero (como podrían ser las acciones, por ejemplo). En España existe en MEFF (Mercado Español de Futuros Financieros).
Además de los activos, los intermediarios y los mercados financieros, el sistema financiero está compuesto por una serie de leyes y de organismos que se encargan de velar por que se cumplan estas leyes.
En España por ejemplo existe la Comisión Nacional del Mercado de Valores y la Dirección General de Seguros y Planes de Pensiones. Además del Banco de España.
En resumen, este es el sistema financiero explicado a modo esquemático. Así se mueve el dinero.
Sin los intermediarios financieros, ni títulos valores (activos financieros) que permitan una transferencia de titularidad de un modo ágil; y por supuesto sin un mercado financiero dónde se puedan negociar dichos títulos, no sería tan fácil que los las familias, empresas y Administraciones públicas pudiesen financiarse para satisfacer sus necesidades de consumo e inversión.
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