Claves y ejemplos de objetivos de ahorro
- Detalles
- Visto: 1256
¿Qué impedimentos tenemos a la hora de planificar nuestras finanzas? Más allá de ser poco realistas en nuestros planes y metas, necesitamos ejecutar los planes sin demora. Para conseguir esto un buen ejercicio es priorizar los objetivos de ahorro. En el artículo de hoy te damos algunas claves y ejemplos.
La planificación financiera
Una cosa es llevar a cabo una planificación financiera (si quieres saber más sobre como realizar una planificación financiera te recomendamos nuestro manual de finanzas personales) y otra cosa es ejecutarla. En otras palabras, llevarla a cabo sin posponerla. No planificar nuestras finanzas supone un grave error. Pero el hecho de planificar y no ejecutar el plan previsto, además de un error es una pérdida de tiempo.
La idea, la clave es no pensar en mañana, sino hacer las cosas ya mismo, como sea, con los medios que se dispongan y con el tiempo que se cuente. Dicho de otro modo: tomar la cultura del aquí y ahora. Todo el tiempo que estemos sin planificar y sin ejecutar el plan previsto nos está costando dinero.
La prioridad de los objetivos
Ahora bien, supongamos que has realizado un plan financiero. Comienzas por evaluar la situación personal y tienes una serie de objetivos que alcanzar. El plan consiste en el camino a seguir desde donde te encuentras (económicamente hablando) hasta llegar a alcanzar los objetivos.
Pero todo esto se te hace confuso porque tienes varios objetivos financieros vitales y no sabes por cuál puedes empezar. Para ello debes valorar cuál es el plan que tendrá una mayor prioridad cuales son los planes secundarios. Esta es una buena forma de perseguir un objetivo concreto, sin descuidar los demás, pero otorgándole la importancia que se merece. De esta forma no te sentirás abrumado ni frustrado por no poder cumplir todos los objetivos. Basta con que principalmente cumplas el principal.
Tú mejor que nadie sabes cuál de los objetivos propuestos tiene una mayor importancia. Sin embargo, lo ideal es que los objetivos no sean muy ambiciosos para que no te provoquen insatisfacción. Puedes comenzar por los más simples para ir ganando confianza. No obstante, no puedes perder de vista aquellos de largo plazo, los que exigen un compromiso de ahorro constante. Veamos algunos ejemplos.
Objetivos de ahorro
Comprar un inmueble
En principio debes valorar cuánto costaría la casa que te gustaría adquirir. En base a esta cifra debes establecer un tiempo prudente y razonable para conseguir el ahorro necesario. Puedes ir gestionando como conseguir una hipoteca en las mejores condiciones posibles, que garantías tendrás que aportar, qué entidad puede ser la que mejor condiciones te puede dar e ir creándote un historial con ella. Así cómo saber que porcentaje sobre la tasación pueden darte de préstamo hipotecario (normalmente suele ser el 80%).
El resto del dinero lo tendrás que ahorrar (incluso más, si quieres amueblarlo a tu gusto). Para ello tendrás que diseñar un plan de ahorro con un horizonte temporal definido por el plazo previsto. ¡Comienza a analizar productos de ahorro e inversión!
Jubilación
Puede ser que no te guste tu trabajo (como muchas personas), no te reporte mucho dinero y te gustaría pasar la jubilación haciendo alguna de las actividades que más te gratifican y te completan como persona (pintar, leer, escribir, algún proyecto personal, etc.).
Sin embargo te gustaría obtener un complemento a tu pensión de jubilación para llevar a cabo aquella actividad, porque es posible que sea costosa. En este caso deberás procurarte una renta adecuada, realizar un cálculo de los años que te quedan en activo y contratar un buen plan de pensiones u otro producto de ahorro. Incluso puedes crearte una cartera de acciones que vayan rindiendo buenos dividendos.
En definitiva, necesitarás un capital que te garantice unos rendimientos futuros acordes a tus necesidades en el largo plazo. ¡Comienza a analizar las rentabilidades medias y cómo puedes mejorarlas (comienza también a realizar aportaciones en alguno)!
Educación de los hijos
Este puede ser uno de los objetivos más simples, con un fondo de inversión y disciplina para suscribir participaciones con frecuencia (mensual, trimestral, anual, etc.) puedes dejar un buen legado a tus hijos. Algo que les sirva para poder ganarse la vida el día de mañana.
Crear un negocio
En este caso necesitarás valorar el capital necesario, los costes para su creación y puesta en marcha. Quizá puedas contar con algún tipo de subvención comunitaria o estatal. En cualquier caso, puedes recurrir al crédito, aunque no es la opción más recomendable si has perfeccionado tu plan y priorizado tus objetivos. En realidad esta es la clave de la planificación: priorizar y ejecutar sin demora.
También te puede interesar:
Consejos para encontrar tu primer trabajo en internet
Como llegar a la Libertad Financiera
¿Cómo la inflación afecta su coste de vida?
Fondos mutuos: Cinco pasos para proteger tus ahorros
Estos hábitos diferencian a los ricos de los pobres
Publicaciones Renko Trading